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El concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Alicante, Toni Gallego, ha renunciado a todas sus competencias en el equipo de gobierno y también a su escaño en el Pleno municipal. La dimisión de Gallego se produce tras las presiones de Vox para que abandonara sus responsabilidades como edil de Hacienda tras sobrepasar el techo de gasto municipal en 29 millones de euros el pasado ejercicio.
«Voy a dar un paso al lado, dejando mi acta de concejal en este momento. Como siempre he dicho, no soy político, soy gestor. Y considero que todo el trabajo que podía aportar aquí, está realizado», ha manifestado Gallego en una rueda de prensa en solitario.
El Ayuntamiento se enfrenta ahora a un proceso de ajuste obligado por el Gobierno de España para reequilibrar las cuentas. Este plan financiero tiene que aprobarlo el pleno municipal, por lo que el equipo de gobierno del Partido Popular necesita, al menos, un voto. Es decir, el apoyo de otro grupo municipal.
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El más cercano, Vox, fue el primero que pidió la dimisión de Gallego al entender que no había cumplido sus responsabilidades al frente de la Hacienda local y de haber controlado mejor las cuentas. Fue una de las 21 medidas que los cuatro ediles de la formación de Abascal le exigieron al alcalde de Alicante, Luis Barcala, para aprobar el plan financiero.
El PSOE, por su parte, también ofreció su abstención al programa de ajuste. A cambio, también solicitó la dimisión del concejal de Hacienda, Toni Gallego.
El alcalde de Alicante, Luis Barcala, ha sido quien ha dirigido las conversaciones con Vox para encontrar un acuerdo que dé viabilidad al plan de ajuste local. La dimisión de Gallego es uno de esos acuerdos.
Toni Gallego
En una rueda de prensa convocada de urgencia este lunes, Gallego ha anunciado su dimisión, no sin antes explicar las decisiones que tomó al frente de la Concejalía de Hacienda. El ya exconcejal ha confirmado que da un paso al lado: «no soy político soy gestor y considero que todo el trabajo que podía aportar aqui esta realizado», ha declarado. También ha agradecido la confianza de los votantes y ha señalado: «Voy a irme y voy a ganar el doble de lo que cobro aquí, y voy a ser mucho más feliz».
Gallego ha defendido que la decisión de mantener el equilibrio presupuestario sin asumir la regla de gasto fue tomada por la Concejalía de Hacienda para permitir el impulso inversor en la ciudad.
Según ha explicado, el borrador del plan presentado en su momento ante la Junta de Gobierno fue elaborado por los técnicos y se podría haber modificado fácilmente mediante una autoenmienda y un cambio de redacción que habría permitido incluir la rebaja del IBI pactada con Vox. Ese punto fue el origen del conflicto entre los populares y la formación que lidera Carmen Robledillo, y motivó que Vox reclamara el cese del edil. No obstante, Gallego ha reprochado a Vox que haya aprovechado esta coyuntura «para hacer nuevas peticiones, entre ellas, mi cabeza».
Toni Gallego
El edil también ha señalado que el alcalde, Luis Barcala, le ha agradecido que haya dado un paso al lado para facilitar un pacto que permite que Alicante «siga creciendo».
En el balance de sus dos años en el consistorio, Gallego ha agradecido la labor de los funcionarios de las concejalías a su cargo (Hacienda, Patrimonio y Deportes) y ha reivindicado algunas de las actuaciones realizadas durante su mandato. «Ha sido un placer haber podido trabajar estos dos años. He hecho el mejor trabajo que podía hacer por Alicante y voy a seguir con mi vida», ha concluido.
El hasta ahora concejal de Hacienda ha defendido que las cuentas del Ayuntamiento están saneadas: se cumple la estabilidad presupuestaria, con ingresos que superan en más de seis millones a los gastos; la deuda pública es inferior al 25% ; y el único incumplimiento en 2024 ha sido el del techo de gasto, relacionado con el ejercicio anterior, el PIB y los ingresos.
Toni Gallego
Según Gallego, esta decisión se tomó para garantizar inversiones como la compra de autobuses eléctricos, la remodelación de la plaza de San Blas, las ayudas a los afectados por la DANA, y las subvenciones al transporte público gratuito y a las Hogueras. El exconcejal ha retado a la oposición a explicar públicamente qué inversiones habrían suprimido para cumplir el techo de gasto.
De haberse respetado ese límite, el presupuesto de 2024 habría tenido que ajustarse a 291 millones de euros, frente a los 350 finalmente aprobados. Esta diferencia, según ha subrayado, habría mermado la capacidad inversora también en ejercicios futuros (este año se estiman 340 millones, frente a los 317 que habría permitido el ajuste).
Gallego ha advertido de que proyectos como la rehabilitación de la avenida de Niza, el centro cultural de Abaseis o el Centro 14 habrían quedado en el aire. Por ello, ha considerado que se tomó «la mejor decisión posible». Como ejemplo, ha señalado que otros ayuntamientos como Elche o Alcoy también se han visto obligados a elaborar un plan económico-financiero y en los que han contado con el apoyo de las fuerzas de la oposición.
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